martes, 15 de febrero de 2011

Reflexiones de San Valentín

¡Vaya con el mes de febrero!, para ser cortito, no tiene un pelo de tonto.
No sólo de pan vive el hombre, y este mes lo refleja como ninguno: hay que alimentar al corazón por San valentín, alegrar  los cuerpos por Carnaval y fortalecer el espíritu en Cuaresma. Y además por ese orden nada casual, algo así como:

                                     Una rosa y un beso para tener sexo.
                                     Y si luego me arrepiento, 
                                     en Cuaresma le echo cuento.


Ayer, bajo toneladas y toneladas de corazones rojos y demás regalos horteras hechos en China, algunas parejas (casi todas muy jóvenes, eso sí) se tomaban en serio el evento y buscaban entre sus palabras para expresar lo que sentían.

Pero es muy difícil poder expresar lo que no se razona, lo que sólo se vive. Y el "te quiero" está tan desgastado, que todos los que se aventuraron a regalar su auténtico corazón trataban de darle autenticidad con frases trascendentales. Cuestión de vida o muerte, vamos: Te necesito; No puedo vivir sin ti; No sé que haría sin ti o su variante ¿Cómo he podido vivir sin ti todo este tiempo?; sin ti me muero....

Yo no soy ningún experto en nada, mucho menos en esto del amor, y todavía menos en expresar sentimientos (en eso estamos, de ahí compartir en este blog). Pero no puedo entender el amor de esta manera. Yo siento otra cosa, y hoy me veo con ganas de intentar expresártelo por escrito (que ya sabes que me gusta más expresarme de otras maneras). ¡Prepárate que voy!

Tú y yo vivimos en pelotas el uno con el otro. Conoces todos mis defectos. ¡sabes cómo soy y me quieres igual!. Y no sólo los aceptas, sino que juntos nos transformamos, sin ninguna obligación de hacerlo, en mejores personas. Aspiro a ser la persona que tus ojos ven.

Pero no hay imposiciones, siempre me he sentido totalmente libre a tu lado, de otra manera no podríamos estar juntos. No es una libertad de secretos, de necesitar mi espacio o mi intimidad. Es una libertad basada en la confianza plena. No tengo que esconderme porque sabes como soy. Por eso no hay sacrificios, no hay que priorizar si lo tuyo o lo mio. Todo es uno, y me encanta.

Eso no quiere decir que lo nuestro sea idílico. La libertad hace que choquemos continuamente. Somos un par de bestias pardas que muerden si hace falta, pero nos queremos. Siempre estás ahí. Pocas veces me he sentido solo desde que estoy contigo, y esas veces siempre has estado ahí, pero no era capaz de encontrarte. 

Por eso no siento que no pueda vivir si ti. Claro que puedo, pero tú eres la que me hace sentir vivo. Tú eres mi vida.
Si tú no estuvieras me sentiría mal, hundido, pero seguiría existiendo. Lo que tengo claro es que no sería yo. Yo soy contigo. Sin ti, también sería, pero otro.

Sigamos entregándonos como hasta ahora. No hay mejor regalo que una vida viva como la que tenemos juntos. Como la que en poco tiempo traeremos al mundo.

Sin estridencias, pero sincero: TE QUIERO.







No hay comentarios:

Publicar un comentario