domingo, 6 de mayo de 2012

Cuentos para mamá

Ya que no me llegaba ni para regalarte un humilde libro, se me ha ocurrido escribirte  uno. Ahora lo que tocan son cuentos, así que espero que te guste.
Feliz día de la madre.

Cap. I
La princesa a la que algo le pasaba.

Había una vez, en un reino muy muy lejano, una hermosa princesa a la que algo le pasaba.
Podía tenerlo todo, pero feliz nunca nunca se encontraba.

El rey, preocupado, decidió cancelar su cacería de los jueves y convocó con urgencia, a todos los consejeros del reino.

-Mi señor - le dijo uno- el problema es más grave de lo que parece. La princesa ya está en edad casadera y mostrándose tan lacia, no hace más que devaluar el acuerdo matrimonial que podríamos alcanzar. ¡Está bajando la audencia!.

-¿la audiencia?

-Sí, ya cada vez hay menos peticiones para venir a verle.

-Ahhhh!

-Tal vez -continuó otro- deberíamos sacarle provecho a la situación. ¿Qué tal si montamos un concurso en torno a la princesa?. Aquel que traiga un presente que consiga hacerle sonreir, se casará con ella. Así, si la ven feliz, también se mostrarán más generosos.

-Así se hará - dijo el rey, mostrándose ilusionado-.


Cap. II
Princesas y príncipes y viceversa.

Durante meses pasaron por palacio los más aguerridos y bizarros príncipes del reino. La llenaban de regalos carísimos, obtenidos con mucho esfuerzo y sacrificio... de sus vasallos, claro.Teatro, ópera, justas, fórmula 1.... todo era poco para la princesa que, sin embargo, seguía sin sonreir.

Los esfuerzos ciclópeos que tan generosamente realizaron los príncipes, poco a poco fueron disminuyendo. Los valerosos nobles fueron perdiendo la esperanza de conseguir hacerle feliz (y de pegarle un buen repaso); hasta que un día, ningún tiarrón se dejó caer por palacio. Todos se había rendido.


Cap. III
Un rayito de esperanza
(Vamos Rayo, no podemos descender a segunda!!!!)
(Perdón, continúo).

Le gustaba a la princesa dar laaaargos paseos por sus tierras. Evitaba a sí encontrarse con su padre, cada vez más encendido desde que oyó en Radio Trovador que la burbuja matrimonial había estallado y que su princesa había perdido un 40% de su valor.

En una de sus caminatas, un chiquillo que pasaba por allí, se le acercó y dijo:

- Mi señora, me da lástima verle así de mustia cada tarde. Por eso, quería regalarle esta lámpara mágica que me encontré el otro día, mientras paseaba fumándome un porrillo.

-Os lo agradezco, gentil vasallo. Pero no puedo aceptarlo. Por tener yo felicidad, no puedo quedarme con lo que otorga la tuya.

-Eso sí- continuó la princesa-. Ya que estas cosas se venden en juegos de seis, dime dónde la has encontrado para ver si yo también tengo tanta suerte.

- En el Bosque Inglés, ese de los pinos triangulares. Dice la gente que allí se puede encontrar casi cualquier cosa.

- ¡Pues voy para allá!- dijo la princesa con una ligera chispita de emoción en sus ojos- Luego dijo que es que el campo le daba alergia y le hace llorar. En fín...


Cap. IV
El genio de la lámpara, brother!

Cada tarde acudía al Bosque Inglés en busca de la lámpara que cambiase su vida para siempre, pero sin suerte.

Una tarde distraída, de esas en las que se va por ir, vio a lo lejos a un genio que había salido de la lámpara para echar una meadilla. Sin pensárselo, corrió como loca hacia él:

- ¡Génio!, ¡génioooo!, vengo a que me dejes frotártela.

- ¿Cómooooo?.

- Que vengo a frotártela. Necesito hacerlo para encontrar la felicidad.

- Pues nada nena, espera que me seque las últimas gotitas y empezamos con el lío. ¡Hala, ya está!.

- ¿Ya está el qué? ¿dónde está la lámpara? ¿Y por qué sigues con los pantalones bajados?.

- Joder!, ni en un puto cuento consigue uno que se la chup... (que ya eres madre y seguro que esto te escandaliza, o no? XD). En fín. Espera que se baje pá poder meterme de nuevo en la lámpara y te concederé tu deseo.

- ¿Sólo un deseo? ¿Pero no eran tres?

- ¡Coño con la niña!, y parecía más tonta que Abundio. Tú lo has dicho... e-r-a-n. Con la crisis que nos está cayendo, los recortes y demás, da gracias a que puedes pedir uno... siempre que no supere el 5,8% del déficit anual, claro.

- Es que .... si sólo es uno... no sé qué pedir.

- Pero bueno, ¿no hay nada que desees realmente?

- Yo lo único que quiero es ser feliz.

- ¿Ser feliz? y cómo coño quieres que yo haga... Bueno mira, haré lo que pueda, pero no te aseguro nada.Tú ves frotando.

- Así, eeeso es. Síiigue, ¡Oh síiiii! no pareeeeeeeees.


Cap. V
La princesa del pueblo.

Despertó la princesa al olor de la fritanga y los gritos que la acompañaban: "gallineeeeejas, entresíiiiiiijos".

-Pero...¿dónde estoy? ¿qué es este horrible lugar?.

No había nada ni nadie conocido a su alrededor. Se encontraba en un cubículo minúsculo, de unos 50m2, sin nada rosa a la vista y lo que era peor, sin sus criadas y doncellas que le doraran la píldora.

El miedo le empujó a salir a dar una vuelta. Quería encontrarse con algo o alguien que le fuese familiar, pero no encontró nada. Todo era nuevo y asqueroso  a la vez. Los olores, los sonidos.... todos los tactos eran ásperos y fríos, tanto o más que las personas con las que se fue topando: personas tristes, feas, malhumoradas....

Estaba a punto de romper a llorar cuando, como si fuera un cántico celestial, escuchó hablar a un chico por el móvil:

-Sí, -decía- salgo ya para allá. No me perdería al Real Madrid por nada del mundo.

- ¡Real!, ¡ha dicho Real!. Debe tratarse de la Corte de un reino, ¡debe ser un príncipe! y además su atractivo bizarro y su físico atlético así parecen indicarlo (muletilla del autor, nada descabellada por otro lado). No sé qué reino es ese, pero seguro que es mucho mejor que esto.

- Perdona - dijo acercándose a él-

- "Tío, te cuelgo que creo que he ligado con un pedazo pibón". Síiiiiiii, ¿qué quieres, muñeca?.

- No he podido evitar oírte y me encantaría, si es posible, ir contigo al sitio del de que hablabas... a ver a ese tal Real Madrid.

- (Joder, que encima le gusta el fútbol. Esta no se me escapa, aunque me cueste una pasta invitarla). ¡Pues claro, muñeca!, yo te llevo.


Cap VI.
El príncipe ¿azul?

-(Ni carruaje ni nada. ¡En metro me lleva el condenado!. Para mí que este príncipe azul es más bien rojillo) - pensaba la princesa-.

Sin embargo, en lo largo del trayecto la princesa no paró ni un sólo segundo de reír. No se había reído tanto desde... ¡nunca!. Por primera vez creyó sentirse feliz. Bueno, al menos hasta descubrir qué era eso del Real Madrid y los gritos que pegaba el energúmeno que le había traído. Aún así...

***
Eran inseparables. Durante mucho tiempo fueron poco a poco conociéndose.
A la princesa, ya no le parecía todo tan horrible. Al príncipe rojillo, todo le parecía un sueño.

Pero esos años felices pronto iban a verse alterados. Tanto conocerse  a todas horas, en la cocina, en el baño, en el ascensor o en unos probadores, que pasó lo que tenía que pasar.

***


Cap VII.
El principito.

- ¡Empuja! - gritaba el príncipe, desahogando así el dolor que sentía por los huesos rotos de su mano-.

- ¡Vamos!, ¡eso es!. ¡ Ya le veo, ya le veo la cabecita!.

Todo lo demás fue lenguaje universal:

- Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahg!

- Buaaaah, buaaaaah, buaaaaah. 

No cabía en sí la princesa cuando le pusieron sobre el pecho a su pequeño:

- Vamos, no llores, princesa. Nunca te había visto llorar.

- Es que acaba de hacerse realidad un deseo que pedí hace tiempo.

En efecto, la magia había funcionado: los lamentos y las alegrías; los miedos, las lágrimas o las risas; las dudas existenciales más profundas o las más superficiales y tórridas ideas; la felicidad. Todo, absolutamente todo, es concebido en el vientre de una mujer.

Entre lágrimas acompañadas de una enorme sonrisa, la princesa se acordó del genio y gritó al infinito:

-¡Soy madre!, ¡soy madre, brother!


Cap VIII.
Final feliz.

¡Qué fiesta la que hubo una vez llegaron a casa con el principito!

Eran tan felices, que decidieron invitar a comer perdices a todo el mundo para celebrarlo, aunque al final se decantaron por pollos picantones para que el príncipe rojillo cuidase su colesterol, que ahora era importante teniendo un hijo.

¡Ahora sí que la princesa podía presumir de tenerlo todo!. Bueno, de casi todo, pero solamente le faltaba dinero.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.










miércoles, 25 de abril de 2012

Yo, zahorí

Seguramente ya lo sepas.



Soy esclavo de tus corrientes, que me llaman.
Que me arrancan salvajes  las capas bajo las que te acecho,
intentando inútilmente no ser descubierto.

Quedo esencia.
Solo y desnudo.
Y soy más de carne que de aire.

Siento la fuerza de tus aguas, que emanan subterráneas.
Brotan impetuosas, ansiosas por ser liberadas y dejarse correr.
A ellas acudo, liberador y esclavo al mismo tiempo.

Tal vez esta noche.
Tal vez todas.
Tal vez...

¡Bienvenida! - Wellcome!

¡Nuevas seguidoras en el blog!

Es un gran honor poder daros la bienvenida como os merecéis.

No entréis con recelo. Este es un espacio íntimo, pero no privado. Un lugar donde encontrarse cómodo. Un lugar para relajarse. Un lugar para conocerse.


Podéis venir en bata y zapatillas y, si os apetece, salir desnudas. Es emocionante que estéis aquí y leáis, pero sería maravilloso si además, os quedáseis a compartir.

Supone mucho que os encontréis aquí, ya lo iréis percibiendo a medida que me vayáis conociendo.
Pasito a pasito.

jueves, 19 de abril de 2012

De andar por casa

Ayer fue uno de esos días que a uno le hacen reconciliarse con el entorno y en consecuencia, consigo mismo.

Cumplía años. La escandalosa cifra de 31 veranitos, que la primavera se me va quedando atrás. Y sin embargo, qué bien que me sentaron.

No soy muy dado a protagonismos, no me gusta necesitarlos, pero reconozco que la abrumadora presencia  de seres queridos, con sus calurosas muestras de cariño me hacía falta. Había empezado a dejar de creer, pero hoy me siento más idealista que nunca. Ayer me quité años.

No había terminado la jornada laboral cuando ya me habían cantado 6 veces cumpleaños feliz, especialmente un coro de alumnas de 12 añitos que, lejos de avergonzarse, me pasaron a mí toda la rojez a grito pelado, en medio del hall del colegio, con todos mis compañeros entrando y saliendo y sonriendo, algo tan poco habitual, que casi fue una sorpresa mayor.
Antes de irme para casa, tuve una fiesta privada en la tutoría, con tarta incluída, que me hizo olvidar todos los suspensos de un chocolatazo. ¡Cómo no se les va a coger cariño!.

Con cara de tonto llegué a casa, donde mi mujer y mi hijo me esperaban con varias sorpresas más y uno de los mejores regalos que me habían hecho en mi vida: los análisis de mi hijo por fín se encontraban en niveles normales.

Me llevé a mi señora al cine como si fuera nuestra primera cita. Y en parte lo era, pues no habíamos salido desde que fuimos padres. Iba nervioso y todo,  ¡qué hermosa te veías!.

El encuentro con mis padres y hermanos, las llamadas y mensajes de cariño, la inesperada felicitación desde México de Lady Bee... en fín

Un día a día sorprendente. Un día de diario muy especial. Un día de andar por casa a los que aspiraré eternamente. A veces, el mundo funciona.

A todos vosotros, gracias.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Insomne

Días oscuros que se suceden y dejan lúcidas mis noches. Luminosas. Abarrotadas de pensamientos en los que creo y destruyo a mi antojo, como si fuera un dios cualquiera.

¿Y si sólo fuéramos un mal sueño de un sobrenatural ser insomne?
 Lo podríamos llamar Destino.

No hay vida en la inercia. No hay vida entre las sombras que me acompañan, que me contagian su aletargo rutinario de ojos abiertos pero muertos.
Tan sólo en las noches aparezco. Real. Libre. Paradigma del sueño de mi mismo.

Crear o destruir. No importa  qué acabar haciendo, importa solamente llevarlo a cabo.
Hasta entonces, hasta que no viva como sueño, sólo existiré dormido. Seré un mal sueño despierto.

Cambio, luego existo.




lunes, 13 de febrero de 2012

¿Por qué me quieres?...

... me preguntabas, abalanzada sobre mí, tan sólo un instante después de haber hecho el amor.
Hemos galopado juntos hasta tocar el cielo y ahora, fatigada, necesitas que alimente tu pasión con palabras esenciales.
Y yo sin sangre en la cabeza.

Podría decirte que a tu lado nada más deseo, que sólo contigo me sobra para ser feliz. Pero no es eso por lo que te quiero. Podrías no ser tan maravillosa y yo te seguiría amando como el primer día. Como la última vez.

No. Me pides esencia y voy a encontrarla, aunque no sea fácil entre tantos motivos para amarte.

Tal vez hablarte de cómo a tu lado yo soy mejor persona, de cómo me inspiras para intentar ser mi mejor versión. No, tampoco es eso. Sólo lo hago por merecerte; si fueses la Reina Mala me esforzaría de igual manera por acumular deméritos hasta estar a tu altura.

No es eso por qué te quiero.

En la sencillez ha de estar la esencia. Tan sencilla como nosotros. Tan sencilla como quererte.

¿Por qué no simplemente porque es divertido?
No hemos dejado nunca de ser aquellos dos niños que quedaban para jugar, con la única pretensión de pasarlo bien. (Bueno, yo ya quería algo más. Ya estaba enamorado por aquel entonces).

Juntos, el tiempo se nos pasa volando, pero parece que nunca hubiese pasado. Así llevamos viviendo tanto tiempo: sin tiempo.
¿Entiendes ahora por qué te quiero? porque nuestro amor es eterno.

Venga, ¿a qué jugamos?.

lunes, 30 de enero de 2012

Desmontando a Indianase

Es curioso, mientras escribía las últimas entradas, me he dado cuenta de algo.
Siempre había entendido como caducas todas mis reflexiones, útiles sólo para un momento y lugar determinados. De hecho, o no las escribía o no tenía necesidad de conservarlas, pues ya habían cumplido su función liberadora.

Sin embargo, al publicarlas en el blog, tengo la oportunidad de volver a leerlas en cualquier momento y es sorprendente lo mucho que dicen de uno y lo poco consciente que era de ello en el momento de escribirlas.
Hay una especie de continuidad en lo que en principio eran reflexiones inconexas. Un guión trazado en torno a la idea central de felicidad con dos partes claramente diferenciadas.

En las primeras reflexiones existe una reivindicación de la felicidad como proyecto de vida. La considero posible y por muy tonto que suene, la creo necesaria para ser feliz. Son muchas las entradas que he escrito cuando me he sentido feliz, tal vez usándolas como argumentos para esa reivindicaación: En la batalla, Qué habría sido de..., Tontos versos de Aniversario, A Daniel, Todo al Natural...

No obstante, se hacía también patente la idea de que, aunque la felicidad estaba presente en mi vida, no siempre me sentía feliz. Faltaba que la felicidad tuviese continuidad y que no saltase de momento en momento. A ese algo le llamé plenitud.

Entradas como RRRabia, Retraído, Noches de hombres lobo, Perdedor... liberaban unos sentimientos que no llegaba a comprender.

Y donde parecía acabar la utilidad liberadora del blog, a modo de terapia para poder para centrarme así en los momentos felices de mi vida, ha resultado estar la clave de lo que buscaba al comenzarlo.

El nacimiento de mi hijo y la euforia serena en la que vivo desde entonces, me han dado el valor necesario para adentrarme en el terreno desconocido y peligroso del autoconocimiento. No sólo liberar sentimientos, sino tratar de comprenderlos. Esa es la clave para que mi felicidad sea plenitud. Necesito vivir como soy, tal y como hago en los momentos felices, y extrapolarlo a toda mi vida.

Un viaje doloroso en su comienzo, pero revelador en el presente. Aún no he encontrado el tesoro, pero tengo ya el mapa.

Volvemos al comienzo, a conocerSE, pero la aventura continúa. Indiana en busca de sí mismo, ahora y gracias al blog, con el mapa del tesoro.

domingo, 22 de enero de 2012

Sociedad normatizada VS Espontaneidad

Tenemos miedo al error. Tratando de ser cada vez mejores, pensamos que el error es imperfección, por lo que debemos procurar limitarlo lo máximo posible. Es curioso, en la infancia lo permitimos, pues ¡sabemos que es aprendizaje! (claro, que controlamos todo el universo del niño y sabemos de antemano las consecuencias de sus actos). En la adolescencia, tratamos de evitar que actúen sin pensar (ya hay riesgos que no controlamos), aunque comprendemos el error como algo propio de la edad. Y ya en la edad adulta, estamos obligados a que desaparezca de nuestras maduras vidas. No es propio de gente civilizada meter la pata.

Demandamos información para ayudar a la razón a tomar la decisión correcta y no tener que experimentar. Así, por ejemplo, uno puede estar viendo las noticias y recibir pautas de cómo ha de comportarse en la cena de navidad de la empresa, cómo debe preparar una mesa para ser un gran anfitrión, qué debe uno hacer o no cuando se mueve por las redes sociales, cómo ahorrar combustible, en qué momento es adecuado el abrazo, en cuál dos besos y en cuál sólo la mano...

A esa multitud de normas no escritas, hay que sumarle las que si lo están, es decir, las leyes, todas ellas resumidas en el monosílabo NO!: no mates, no robes, no fumes, no uses el móvil mientras conduces, no dejes de pagar impuestos...

Y junto a todo ello, el consejo, esas opiniones de nuestro entorno más cercano en donde los miedos de uno se extrapolan y nos suelen echar para atrás. Es lógico, si la gente nos quiere y tiene las mismas dudas que les planteamos, pretenderá evitarnos un error que nos lleve a un sufrimiento. 

Ah! por cierto!, no lo menciono más que de pasada pero creo que se entiende si digo aquí que también hay que comportarse como Dios manda.

Escritas o no, nuestra sociedad se ha normatizado hasta tal punto, que ya no hay espacio para la espontaneidad.  Sociedad de la Información le llamamos y eso es lo que es, información para no tener que exponernos a vivir como sentimos, no sea que nos lleve al error.

Yo estoy de lleno metido en este embrollo. No tengo más vida que ésta, por lo que quiero vivirla de verdad, sin limitar lo que soy por vivir en el lugar y en el momento que me ha tocado. Pero por un lado, no tengo claro muchas veces si mis actos son regidos por mis sentimientos o por normas asumidas como propias que realmente no lo son. Despejar esas dudas me está costando. 

Y por otro, he comprendido que no siempre actúo como siento. No siempre me salgo de la norma cuando sé que esa norma no es mia. Esto me ha hecho daño durante mucho tiempo. Me he sentido cobarde gran parte de mi vida y eso alimentaba más mi inactividad. Ahora empiezo a entender que pretender lo contrario era igualmente tratar de eliminar el error y que éste es parte de mí. 

Conocerme y vivir en consecuencia para sentir la felicidad en plenitud es la meta de mi vida. Afortunadamente, no lo he conseguido a los 30.  


Abandonados a la razón

Como esto de sentir y entenderlo suena más a místico que a terrenal (¿qué cosas, verdad?), a ver si partiendo del método de la Razón se entiende mejor que comprender lo que se siente no es cosa de brujos o iluminados, sino más propio de nuestra naturaleza que no hacerlo. Ese método, por supuesto, sólo podía ser el MÉTODO CIENTÍFICO.

Establecer un principio teórico que luego debe ser comprobado mediante ensayo-error, en eso consiste el método científico. ¿Sometemos nuestras actuaciones a este método?:

OPCIÓN A: "El filtro de la razón"

  • Siento algo--lo razono--lo comprendo--lo vivo o no según mis conclusiones.
  • Siento algo--lo razono--no lo comprendo o genera dudas-- no lo vivo--NO LO COMPRENDO.

OPCIÓN B "Comprender lo que se siente"
  • Siento algo--simplemente razonándolo lo llego a comprender-- lo vivo a o no según mis conclusiones.
  • Siento algo-- no lo comprendo o genera dudas incluso razonándolo--lo vivo--LO COMPRENDO.
Como vemos, la Opción A limita nuestras actuaciones a su previa comprensión razonada. Sólo se vivirán esos sentimientos cuando sea razonable sentirlos, incluyendo aquí su aceptación social.  Si eso nos genera dudas, no procedemos a su comprobación, pues podría desembocar en el ERROR.

La Opción B, sin embargo, permite ahorrar esfuerzos si mediante la razón es posible comprender lo que se siente sin tener que experimentarlo (no hace falta que nos atropelle un coche para saber que eso es dolor), pero si no se llega a su comprensión, hay que VIVIRLO. Su resultado podrá ser un acierto o un error, pero lo que no cabe duda es que será comprendido.

jueves, 19 de enero de 2012

Del pensamiento sensible

Si lo RAZONO, seguramente creeré que estoy equivocado y no publicaría esta entrada ni las siguientes, que nacen de esta. Pero el pensamiento sensible lo SIENTO como verdad así que, para no entrar en contradicción conmigo mismo, me veo obligado a intentar comprenderlo exponiéndolo. ¡Vamos allá!.

Entiendo por razonar a utilizar la lógica para interpretar la realidad que percibimos con los sentidos.  Pero se sabe como cierto que éstos nos muestran una realidad muy limitada y en muchas ocasiones, falseada, por lo que todo pensamiento basado en la razón tenderá a ser limitado y en muchas ocasiones, falso.

Sentir en cambio, abarca mucho más. No obstante, implica un mayor ejercicio intelectual tratar de interpretar la realidad a partir de lo que sentimos y no de los sentidos, pero resulta necesario. A menudo optamos por omitirlos si no superan el filtro de la razón, pero no dedicarnos tiempo para comprender lo que sentimos, fácilmente nos puede conducir a retraimientos, ansiedades, depresiones o simple infelicidad.

Comprender lo que sentimos y vivir en consonancia, eso es el pensamiento sensible. ¿Cómo hacerlo?, pues no sé. Comentaré como trato de hacerlo yo, pero en una nueva entrada para permitir así la reflexión de ésta y si no convence, que no se pierda más el tiempo con mis tontás. Sí diré como aliciente, que lo que más me gusta de intentarlo es que para conocer, no sólo hay que reflexionar, sino vivir. Reflexionen.

sábado, 14 de enero de 2012

Pensamientos en bruto







         UTILICE EL LECTOR LO QUE LE            PLAZCA                            


Si no somos como queremos, tampoco como creemos ser.







¿Cómo evitar ser mecánico?----  errar es humano.
¿Cómo actuar frente al que no sigue las normas?:
·         Aislarlo?
·         Encarcelarlo?
·         Escolarizarlo?




       
¿alguién sabe cómo resetear tanta información estúpida?
¿en qué momento dejamos de ser nosotros?

¡¡ EL  SURREALISMO SE ESTUDIA!!







                                            sociedad normatizada VS espontaneidad












Ser rebelde es ser. 

¡VIVAN LOS MOMENTOS VIVIDOS!   

Se hacen necesarios los poetas. Y la poesía, imprescindible.


Y sin embargo, todo cabe en la sonrisa de mi hijo
 NECESARIOS  
LOS POETAS.   Y
    
 … A SU SOMBRITA                                                                          





       

domingo, 1 de enero de 2012

Año Nuevo


La última campanada despertó nuestros rostros.
Busqué tu mirada limpia y directa. Una mirada que sólo retiras si va acompañada de mejillas sonrojadas y leve sonrisa.
No eran ilusiones vírgenes lo que había en ella, sino hermosos recuerdos. Unos recuerdos que comparto.
Nos besamos sin intención de sellar nuevos propósitos, únicamente por disfrutar el momento.

Un día más a tu lado terminaba.
Siempre fuiste bella, pero el tiempo te ha hecho preciosa. Prometo amarte aún más mañana.