domingo, 1 de enero de 2012

Año Nuevo


La última campanada despertó nuestros rostros.
Busqué tu mirada limpia y directa. Una mirada que sólo retiras si va acompañada de mejillas sonrojadas y leve sonrisa.
No eran ilusiones vírgenes lo que había en ella, sino hermosos recuerdos. Unos recuerdos que comparto.
Nos besamos sin intención de sellar nuevos propósitos, únicamente por disfrutar el momento.

Un día más a tu lado terminaba.
Siempre fuiste bella, pero el tiempo te ha hecho preciosa. Prometo amarte aún más mañana.








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