viernes, 27 de mayo de 2011

Primates

No somos más que eso.
Tendemos a olvidar que somos unos animales. Hemos aprendido tanto, que creemos que podemos dar respuesta a todo. Y somos tan egocéntricos, que cuando no se la encontramos es porque no tiene sentido.

Tenemos conciencia de nosotros mismos, pero no nos conocemos. Nos cuesta saber cómo somos más allá de nuestra biología. Y si queremos ir más allá, lo que aflora tratamos de interpretarlo con nuestros escasísimos conocimientos. Nos ha de encajar en lo que conocemos, queremos percibirlo con nuestros sentidos limitados, y eso no es posible.

¿La vida tiene sentido?. No lo sé,  pero si sé que de tenerlo, sería prácticamente imposible que  pudiésemos comprender cual es.

Lo que nos hace únicos, sin dejar de ser unos monos pelados, no es nuestra capacidad de pensar con lógica. Todos los seres vivos funcionan así: desde una planta que se gira hacia donde más sol recibe, hasta un animal que no vuelve a acercarse al que le ha herido.

Lo que realmente nos hace únicos (no lo digo yo, es una respuesta científica), es nuestra capacidad de imaginar, de poder ver mentalmente un futuro muy lejano. El resto de animales, y nosotros hasta los 5 años, tan sólo funcionamos con acción-reacción.

Y ya sabemos de manera tangible, que la imaginación es muy poderosa. Sabemos, por ejemplo, que si imaginamos cosas negativas, eso repercute en enfermedades reales, como ansiedad, estréss o depresión.

Por tanto, siempre hablando desde la ciencia más rigurosa, ¿por qué no dejar volar nuestra imaginación hacia sueños maravillosos?. Quién sueña despierto seguirá sin encontrarle sentido a la vida, pero mientras tanto vivirá más feliz.

Así que, queridos primates con capacidad de comprender las ideas que aquí escribo, dejad de una puta vez de buscar respuestas y poneros a imaginar las que os dé la gana, cuanto más increibles mejor.

Por eso los niños, que son muy sabios, son más felices. Eso es lo que me enseñan cada día en clase.

4 comentarios:

  1. los niños son felices porque son capaces de vivir el presente, de estar en las cosas que hacen, y de vivir todo como un juego. Mucho que aprender de ellos, sin duda. Pero no todos los niños fueron felices, muchos usaban la imaginación para evadirse de su realidad, que no les dejaba sitio, y en algun momento se fueron tan lejos que se perdieron de vista. Bueno, ya me pongo trágica! Llegaremos a buen puerto, Indiana.

    ResponderEliminar
  2. Ada
    debajo de ti, Ada
    solía yo estar.

    Rascaré este nombre con las uñas
    hasta que salga sangre.

    Ada
    debajo de ti, Ada
    solía yo estar.



    nota: impromptu de hoy. En exclusiva ;-)

    ResponderEliminar
  3. ¡Eso es!, sabes lo importante que es soñar despierto. Tienes razón en que ser feliz puede ser demasiado decir, pero imaginando, la realidad siempre es mejorada (aunque se trate de imaginar que asesinas a todo el mundo, que te conozco).
    El problema es que ahora que somos nosotros los que hacemos nuestra realidad, dejamos de imaginar. De mayores, damos la razón a nuestros mayores.
    Apaga el ordenador, ponte musiquita y márcate un baile. Sal a este día irrepetible literalmente, habla con un niño y con un viejo, haz un simpa en la terraza más pija que conozcas, ríete de un estirado... ¿quién te lo impide? ¿qué te lo impide? ¿por qué te lo impides?.
    ¡vamos!, quiero verte en las noticias de las 9.

    ResponderEliminar
  4. Precioso niña. Muchísimas gracias por este exclusivo regalo.
    ¿Cómo era?. ¡Ah, sí! POESÍA PURA.

    ResponderEliminar