miércoles, 7 de septiembre de 2011

29

son las primaveras que acumulas. ¡Felicidades!.
Ya sabes de lo mucho que te quiero y de lo bien que me haces sentir. Pero no me apetece hablarte de eso ahora, no es el día ni el momento.

Sin embargo, que compartamos nuestras vidas desde hace tanto me ha dado la oportunidad de ser un espectador privilegiado de todos tus éxitos, que con 29 años son ya unos cuantos. Todos los que te has propuesto. Todos menos uno.

De aquella niña mona de 13 años que tenía a todos los tíos del barrio detrás, ha llovido mucho. Nunca congeniamos: tú eras sólo una Barbie ñoña para mí, y yo el típico pasota, tan sólo preocupado por hacer la gracia, para ti.
Sin embargo, aquí estamos.

Tenías que haber sido peluquera, pues no servías para estudiar, te habían dicho en casa.
Sólo por orgullo, te hiciste oficial administrativo entre notables y sobresalientes.

Te colocaste rápido en una tienda, pero nadie te entendía cuando decías que no lo disfrutabas. ¡Cómo podías quejarte!. Trabajar nunca gusta y tú al menos tenías un trabajo en el que no pasabas calor en verano ni frío en invierno.  

No has tenido nunca miedo al cambio ni a equivocarte y, allá donde has estado, has ido dejando una huella imborrable.

En realidad no has tenido nunca miedo a nada. Con 21 añitos, decidimos irnos a vivir juntos y a la playa, e incluso me compraste una casa (pues yo era un pobre estudiante que sólo aportaba pasta con los trabajos de los veranos y navidades).

Esa quizás es nuestra espinita. Me llamaron del colegio y, mientras se hacían realidad mis sueños, los nuestros se truncaron. Te lo debo.

Fueron años duros también en casa, que nos empujaron a irnos de alquiler casi con lo puesto a aquella casa inclinada, con riesgo de derrumbe.

Sin embargo, ahí estabas de nuevo. Arremangada, te metiste a un instituto (volviendo loco a más de un adolescente) y saliste siendo auxiliar de enfermería.
Ya no era cabezonería sino lo que siempre habías deseado.

Encontraste trabajo de lo tuyo, te compraste la casa de tus sueños, estuve a tu lado en tu boda... y tan sólo 29 años.

Ahora vas a ser madre. Ya no tienes trabajo pero en tu cara no ha cambiado la expresión de felicidad. Mucho has logrado, pero tú vives inmersa en tus sueños, arremangada, mirando siempre hacia adelante sin mostrar temor. Sin pedir epidural.

¡Felicidades!, y por tu cumpleaños también.
                                                                                                          Te quiero.

4 comentarios:

  1. Gracias, por todo, pero en especial por compartir conmigo, que no ser espectador, las cosas nos han hecho felices y nos han hecho crecer como pareja,(y a mí como persona) creyendo y confiando el uno en el otro.
    Todos esos triunfos de los que hablas no hubiesen sido posibles de no tenerte a mi lado. Has sido mi motor y mi Pepito grillo cuando no sabía que era lo correcto, pero sobre todo has sido tú quien me ha enseñado que no debo conformarme, que es posible vivir de forma plena.
    Es cierto que nuestros comienzos son de lo más extraño, pero ser tan niños ha logrado que crezcamos adaptándonos y aprendiendo el uno del otro. Como en alguna ocasión hablamos yo no sería quien soy hoy de no haberte tenido a ti a mi lado y viceversa.
    Hemos luchado juntos contra todo y en ocasiones contra muchos, y esas situaciones difíciles no han hecho más que unirme más a ti.
    De lo que no tengo ninguna duda es que mi mayor logro sois tú y Daniel mientras os tenga a vosotros esa sonrisa de mi cara no se podrá borrar porque es lo que de verdad me hace feliz cada día: MI FAMILIA.
    GRACIAS, y por felicitarme también.

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  2. P.D.: A pesar de lo que me dices sigo pensando que después de esta parrafada soy incapaz de expresar lo que realmente quiero decir. Sólo espero que si bien no es un ejemplo de buena expresión te refleje una pequeña parte de lo feliz que soy gracias a vosotros. Os quiero a los dos y no hay trabajo, ni oportunidad, ni éxito en el mundo que se pueda comparar...

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  3. No sabíiiiias expresar porque nunca te habías puesto, pero desde que empecé el blog no has dejado de sorprenderme. Quiero seguir pensando que el blog es mio, y que sólo escribo para mi, pero he de reconocer que cada vez deseo más que escribas comentarios, y que cuando no llegan es como si mi escrito estuviese incompleto.

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  4. Si eres mu grande es porque te has empeñado en ello. Gracias por darme gran parte del mérito, pero la verdad es que tú eres así, no sabes ser de otra manera. A mi eso me encanta y por eso me convertí en tu sombra, para contagiarme de tu fuerza.
    Me alegra que sientas que parte de esa fuerza te la he podido devolver. Siempre te estaré agradecido.
    Espero poder escribir 89 a tu lado, aunque me ocupe 600 páginas
    Te quiero

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